lunes, 20 de enero de 2014




Parábola Del Perdón






Una de las formas que enseño nuestro señor, Jesucristo a las personas de su época era a través de las parábolas, donde cristo educaba lo bueno que es el conocer los principio morales y  los valor que debe tener en cuenta todas las persona humana, siempre supimos que nuestro creador respetaba nuestra libertad por amor a la humanidad, pero también corregiría al hombre si fuera necesario, nuestros creador sabe que cada uno de nosotros podemos cambiar y seguirle  a Él,  por eso envío a Jesús ha preparar el terreno para que nosotros tengamos vida eterna, si cumplíamos su voluntad, un ejemplo fue que entregó a Jesucristo por nuestro amor.


Parábola Del Perdón


Mateo 18, 21-35

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?

Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Y les propuso esta parábola: el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.

Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos.
Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase.

Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: "Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré."

Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda.
Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: "Paga lo que debes."
Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: "Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré."

Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía.

Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido.

Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: "Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste.

¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?"

Y encolerizado su señor, les entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía.

Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano




Perdóname Señor











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