¿Cuándo Debemos Perdonar?
Somos
criaturas, creado por nuestro señor amoroso que sin duda siempre nos ha perdonado
en todo y lo hace porque somos su obra más extraordinaria del Mundo.
Las
excusas humana siempre se han dado, hemos pensado de una manera muy persistente,
diciendo me hizo mucho daño ella o aquel, o decimos nunca le perdonaré a él por
todo lo que me hizo, también hemos dicho jamás olvidaré lo que me trato, así es
pues, todo estos detalles alimentan el odio de nuestra alma, convirtiéndonos a
tener un corazón duro como la roca a veces unos hechos son pretextos y otros son
actos muy fuertes, pero allí está la tarea de entender nuestra humanidad.
Pero
hay un momento que el tiempo o la circunstancia nos hace reflexionar y nos
preguntamos en silencio o en nuestra mente ¿cuándo
debemos Perdonar?, pregunta que nos da vuelta entera la cabeza para dar la mejor respuesta, pero
por el orgullo y la simplonada humana nos encierra en la oscuridad de nuestro
pensamiento atrasándonos en nuestras decisiones.
Pero
de verdad ¿cuándo debemos perdonar de
corazón?, cuando seamos conciente y estemos preparados, cuando dejemos de
pensar en venganza, en el odio e ira, ordenemos nuestro ideas y nuestro mundo
interior, estemos dispuestos a escuchar y ha entender el error humano, esto
seria un primer paso y muy alto.
¿Por qué el Perdón?
Porque
el perdón, nace del corazón de cada uno de nosotros, ya que es una decisión muy
personal, es libre y no se fuerza a la persona, esto no se impone ni al que lo
da, ni el que lo recibe, esto lo hace uno mismo con mucha dignidad humana, lo
hace por que esta convencido que su alma estará libre serena, sana y en paz.
Porque
ha descubierto que el perdonar nos ayuda
a vivir mas fortalecido, con esperanzas de mejorar nuestras vidas y porque
podemos caminar sin dudas y en paz, mirando un nuevo amanecer de oportunidades
en nuestras vidas, ya que sólo pensar en venganza, orgullo e ira acorta la vida,
envejece el alma y hace que muera nuestro corazón.
Jesús mi salvador perdóname se que te herí pero estoy dispuesto a cambiar y a seguirte mi señor.